
-Del linchamiento digital a la reflexión: ¿hasta dónde llega la indignación en redes? –
Mazatlán, Sinaloa.- La indignación en redes sociales tiene fuerza, sí, pero también puede perder el rumbo. En PMX Noticias hemos recibido en las últimas horas videos y mensajes de personas que, tras el viralizado caso del “gringo en Mazatlán”, buscan continuar con acciones públicas contra quienes ven por la calle con malas actitudes… sin conocer toda la historia.
El video de un hombre pidiendo a un trabajador que se moviera de la entrada de su casa se volvió tendencia nacional. Las imágenes fueron acompañadas de una narrativa que lo presentaba como un extranjero discriminador, lo que desató una ola de críticas, protestas y hasta actos de violencia simbólica frente a su hogar.
Pero el señalado, lejos de ser un extranjero grosero, resultó ser José Ignacio Lizárraga, mazatleco de 78 años, quien ahora enfrenta las consecuencias de un juicio social imparable. “Nunca insulté a nadie”, afirmó en su defensa, asegurando que solo pidió que no obstruyeran la puerta de su casa, donde además tiene un pequeño negocio.
Y aquí es donde vale la pena detenerse. ¿Hasta dónde puede escalar un error de percepción compartido en redes? ¿Cuántas veces se ha viralizado una historia sin contexto que, en lugar de generar conciencia, desencadena odio, acoso o violencia contra personas que no tuvieron ni la oportunidad de explicarse?
El caso del llamado “gringo en Mazatlán” debería hacernos reflexionar. No se trata de justificar actitudes groseras ni de callar ante la injusticia, sino de recordar que detrás de cada video viral hay personas reales. Y que, como sociedad, no podemos normalizar los linchamientos digitales como si fueran justicia inmediata