-El titular de la ANAM plantea que las decisiones de Estado deben partir del conocimiento real de las condiciones sociales-
En un momento donde el debate público suele girar en torno a coyunturas políticas inmediatas, Rafael Marín Mollinedo, director de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), compartió recientemente una reflexión que apunta a un plano más estructural: el papel que juega la formación y la experiencia personal en el ejercicio del servicio público.
El planteamiento surge a partir de un material audiovisual en el que el funcionario expone elementos de su trayectoria académica y profesional, no con un enfoque biográfico, sino como marco para explicar una idea central: las responsabilidades públicas no pueden entenderse sin una conexión directa con la realidad social.
La universidad como espacio formativo integral
Marín Mollinedo recordó su paso por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde cursó la licenciatura en Economía, señalando que esa etapa no solo aportó herramientas técnicas, sino una comprensión más amplia de las desigualdades y retos que enfrentan amplios sectores de la población.
Compatibilizar estudios con trabajo y enfrentar limitaciones económicas, explicó, permitió construir una visión más consciente sobre la importancia de que las políticas públicas consideren el impacto real que tienen en la vida cotidiana de las personas.
Empatía como criterio institucional
Uno de los ejes de su reflexión es la empatía como principio operativo, no como discurso. Desde su perspectiva, la distancia entre instituciones y ciudadanía genera decisiones desconectadas de las necesidades reales, por lo que insistió en la importancia de la comunicación directa y el entendimiento de las problemáticas sociales desde su origen.
Este enfoque, señaló, resulta particularmente relevante en áreas estratégicas del Estado, donde las decisiones administrativas y económicas tienen efectos directos en comunidades, trabajadores y sectores productivos.
Más allá del perfil individual
El mensaje expuesto no se centra en una figura en particular, sino en una discusión más amplia sobre qué tipo de perfiles requiere la función pública. Para Marín Mollinedo, la experiencia personal y la formación académica deben traducirse en responsabilidad institucional, evitando que los cargos se conviertan en ejercicios aislados de la realidad social.
El material forma parte de una serie de cápsulas donde se abordan temas relacionados con el sentido del servicio público, la toma de decisiones con enfoque social y la necesidad de instituciones más cercanas a la ciudadanía.
En un contexto de creciente exigencia ciudadana, reflexiones como esta abren el debate sobre la importancia de que quienes ocupan responsabilidades de Estado comprendan no solo los procesos administrativos, sino también las condiciones de vida de la población a la que sirven.
